El gran mechón blanco de su flequillo y la procacidad gamberra con la que se expresa —¿algún escritor ha hablado de la depilación de pubis más que ella?— caracterizan el estilo de Caitlin Moran. Lo hace desde que su manifiesto de feminismo asilvestrado y marxista —a lo Groucho— ‘Cómo ser mujer’ se convirtiera en un fenómeno literario mundial. Moran cree que no cabe análisis ni cambio social sin chistes. Por eso, sin dejar de reivindicarse como feminista —a voz en cuello y de pie encima de una silla, «porque todo es más emocionante si se hace encima de una silla»—, ha abordado temas como la fama (‘Cómo ser famosa’) y la adolescencia (‘Cómo ser una chica’). Tampoco ha dejado en ningún momento de reírse de todo, empezando por ella misma. Lo hace ahora como mujer madura en ‘Más que una mujer’. Ha llegado el momento de abordar cuestiones tan espinosas como los estragos del paso del tiempo, el trastorno alimenticio de su hija adolescente o el sexo con su pareja de siempre —ese polvo de mantenimiento de los viernes a las nueve que, al hacerse público, ha tenido que reprogramar: sus amigos pensaron que sería buena idea llamarla a esa hora—. Todo digerido al estilo Caitlin Moran: una vez pasado por el filtro de su mirada lúcida y su bendito ingenio descarado. Llevamos años esperando su visita al festival. Para proclamar nuestro júbilo, lo haremos convenientemente subidos a una silla. Y sugeriremos a su entrevistadora, Aloma Rodríguez, que la reciba así en el escenario.
Acto en inglés con traducción simultánea.
Descarga de invitaciones a partir del 24 de septiembre.
Firma de libros tras el acto.
Foto © Chris Floyd